“Uno de los placeres del periodismo es que nunca sabes de qué vas a escribir cuando vas al trabajo” decía el periodista norteamericano Benjamín Bradlee y cuánta razón tenía.
Realmente cada día es una nueva posibilidad cuando se trabaja en este mundo, una ventana nueva y mil puertas abiertas, como una partida de ajedrez que uno nunca sabe cómo va a terminar.
En Cajamarca existe un variopinto quehacer periodístico y es muy positivo porque permite abrir un abanico de posibilidades. Actores en todos los campos desde los medios escritos hasta los televisivos, pasando por las radiales y los virtuales que hoy se han convertido en el boom de las comunicaciones.
En un día como hoy sería magnífico hablar de unión y de camaradería entre periodistas no solo en la ciudad, sino en la región entera, sin embargo, eso resulta imposible ya que existe disgregación y discrepancias enormes entre medios y periodistas, eso es innegable. Hacer llamados está demás… aquí todo se sabe.
El periodismo es una de las labores que llegan a ser las más queridas y las más odiadas. Las más queridas por quienes las vivimos día a día y las más odiadas porque muchas veces es incomprendida, asediada, perseguida, violentada y casi siempre se busca coaccionarla.
Hoy que es un día de reflexión sería preciso hacer un mea culpa desde los errores involuntarios cometidos a diario desde este Balcón, por las ofensas de quienes se han sentido aludidos por palabras y decires que suelen doler mucho – dicen que la espada es una palabra que puede hacer mucho daño por eso hay que tener sumo cuidado cuando se la usa en todos los ámbitos de nuestra vida diaria-.
Nunca hemos buscado la ofensa ni herir a nadie, si hemos buscado algo desde este espacio cotidiano ha sido siempre el hecho de llegar a la reflexión y de buscar una actitud de cambio, de sugerir y proponer… nunca de imponer
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